sábado, 15 de julio de 2017


"LA FRASE MORTAL"

Púrpuras líneas divagan en sueños, hematomas de un beso, sanguinolenta la aurora, que en el arcón de mis besos de pulverulentos desvelos, como un bello emblema del cielo, enarboló su final.

Frase demente, incolora, inconsciente, sos la lenta agonía de mi punto y final. Frase que muerdes la
aspereza de un beso, a latigazos de esclavo, te vi cruzar el umbral. Y te bebiste en un beso el corazón de las flores, con sus sagrados colores y su ilusión de arrabal. Rozaste la coma de níveas caricias, de soles ausentes, de fértiles lunas, suplicando piedad. Y reíste  a carcajadas, mientras la pluma sagrada de un desquiciado poema, como un incendio en la arena, se desangró en el murmullo de legendarios
misterios, de una palabra de ensueño, condenada a juicio final. Y suplicantes las voces, se convirtieron en goce, mientras sangraban tus letras su maremoto de estrellas, los equinoccios de espejos de su castigo inmoral.

Y bailaste feliz, paseándote de mesa en mesa, mientras sangrante la aurora de una pasión herrumbrada, bajo las tenues farolas, vaticinó tu final. Y sin amor ni desprecio, le desguazaste el pescuezo al rosedal de mis besos, tu celestial funeral. Y fuiste puta y maltrecha, de una poesía mal echa, las nebulosas hirientes de un dulce amor que se va, y te mofaste en mi cara, frase gris, despiadada, mientras las raíces de un sueño, eran lanzadas al mar. Sos una cruel justiciera, puta agonía pendenciera, sos el Infierno en Mar del Plata, agonizante y sin puñal. ¡Que te devoren las entrañas, las oníricas pirañas!, maldita frase pendenciera, la sangre fluye en las estrellas, mi cruel y puta frase mortal.

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