"AQUELLOS FUGACES AÑOS SUICIDAS"

“AQUELLOS FUGACES AÑOS SUICIDAS”

 AUTOR: KRYST C. LYONELS

             GÉNERO: POESÍA

 Recuerdo aquellos años, con el correr de los segundos dilapidándose en un beso, con la garganta ronca y en llamas de tanto toser estrellas, de tanto besar tus sueños con metáforas de cielo y recorrer la cósmica figura de tu piel de camafeo, de llorarte a cuentagotas junto a los precipicios del silencio, y beber de las cicutas de las fatídicas migajas, de lágrimas, dolor y sexo. 

Y desflorando los volcánicos luceros de tus senos, di por cierta mi derrota entre relámpagos y truenos, pues Ulises ha bebido de las orquídeas, su letal veneno.

Aquellos años, cuando jóvenes, cuando hacíamos el amor en una calle a plena luz del día, cuando jugábamos a ser gigantes, cuando nos devorábamos el mundo cual hamburguesa de Mc Donald´s, cuando gozábamos de la mística de un paseo por Venecia, cuando nos juramos amor eterno, bajo la inocente copa de un sagrado limonero.

¿Recuerdas aún a nuestro hijo?

“¿Con su cabecita de zanahoria y su anteojitos azules?”

Lloro como loco al pensar en su partida. Hemos recibido a puñaladas el “jaque mate” de la vida, hoy, con el invierno de la pasión y sangrando lluvia el corazón de aquellos años suicidas.

"YO QUERÍA"

Yo quería ser azul, soñé con ser el cósmico destello de tus ojos.

Yo quería sumergirme en ti, en la melífera espezura de tu ardiente sexo.

Yo quería bailar un bals, con la irrisoria tinta de tus gris silencio.

Yo quería ser un cielo de azafrán, colmadito de tu ser, tatuado en las páginas de un verso

Yo quería ser un grillete de cordura en el manicomio.

Yo quería besar en tus labios, el cáliz de amor atizado al recuerdo.

Yo quería disolver los alaridos de los dioses con la daga del purgatorio.

Yo quería ser un ángel en alta mar, la flor cautiva del ayer de la sepultura de tus besos.

Yo quería que me amaras desde la piel hasta los huesos.

Yo quería ser la llaga de la aspereza del silencio.

Yo quería simplemente ser la luz en la impenetrable oscuridad de la mitómana infinitud, de
la hiriente espina que mordió, mi puto y ciego corazón, junto a la estrella que voló, como el
espíritu del sol, sangrando magia, ¡Ahí están mis besos!

"A CUENTAGOTAS"

A cuentagotas, el letal polímero de una estrella, apuñala las sinfonías del alba,
a cuentagotas, una hermética coraza, elude los presagios de un corazón en agonía.

A cuentagotas, hierven besos de lluvia... en la enigmática hoguera del silencio, a cuentagotas, ¡Sí!, a cuentagotas me zambullo en el perfume azucarado de las rosas, te beso el alma, vomito
en tus labios, cautivos, sedientos de fuego, el arrebol de mis sueños y así florecer en capullos de
golondrinas viajeras, atesorando en lo breve, lo que atormenta al silencio.

A cuentagotas, un ángel de lavandina se estrelló contra el semáforo en rojo, a cuentagotas del amor, debí pagarle a la traición los aranceles grises de la flor, de la fugaz y etérea flor, del monstruo en que me convertí, por señalar con el pulgar, al purgatorio de lo que fui, por ser su dios, su perro fiel, y la guillotina cercenó la ciega ruta del ayer, de ya no más oír tu voz, voy desangrándome en tus besos.

"LA MELODÍA DEL ADIÓS"

Lloro equinoccios de plata, metafóricos dioses del alba,
mi cuerpo nada en la ignota península de tus labios,
la música surfea en mis oídos, mientas la lluvia camina descalza...

Melodía de frugívoros soles de ensueño dibujan un sol en tus ojos, la vid de
mi vida, una lagrimita sobre los tallos del alma de neolíticas flores sin dueño, una
dulce metamorfosis sobre las llamas de un sol jujeño, la febril estela de una caricia de un
paradisíaco amor costeño.

Y la música se apaga, me abraza, se dilata, me hiere, se quiebra entre cristales el maldito llanto de unan corbata.


Y lloro en tus manos, estrellas de fuego, la sangre es el vehículo de un psicópata corazón, que teje nubes de azúcar y la sangre en sus labios, me sabe a ron.

Y se apaga la última farola de la pordiosera avenida de mis noches... y veo su dulce rostro, oculto entre las efímeras celosías de los esperpentos que hay en su voz, y lloro y me muero al verle, al hacer
tintinear esa mujerzuela... ¡qué digo, esa aventurera!, la despótica campanada de esa
gris melodía del adiós.

"RECUERDOS DE NARCISOS EN LLAMAS"

"RECUERDOS DE NARCISOS EN LLAMAS"

Ayer recogí narcisos,
narcisos de un beso en llamas,
la lluvia que es el óraculo del
febril pimpollo de tus miradas


Ayer dibujé solsticios,
bocanada de luz y sombras,
isótopos del perfume de una
dulce estrella sobre mi cama


Ayer te besé los labios,
pinté de azul acrílico los harapos del
silencio


Ayer, floreció el sofisma de un planeta en los
dedales de tu onírica hermosura


Ayer recogí narcisos, eclipses de una balada,
tan frágil como en mis sueños,
el ardiente beso de un picaflor en llamas.


Ayer recogí narcisos, península azul del alma...

"VERANOS"

"VERANOS"
Lunas de hechizos que incendian veranos,
Sueño que se escapa por los ventanales de tu alma,
el carmín de tus labios escupió silencios de estrellas,
y tu cuerpo desnuda los pétalos del alba... y solo estás tú y
tus labios, degustando la lluvia ardiente del verano y en la cima
de tus besos, el universo sabe a ti.

"EL REFLEJO"
AUTOR: DAVE M.L.S. MARTINS


Soy el veneno de la luz de tu inconsciencia ,
el despertar del claroscuro de tu amor ,
el crepitar de tantos soles , que sin latidos ,
han asfixiado la pasión del corazón .
Soy esa lágrima en tu pétalo vacío ,
soy el silencio en el murmullo de tu voz ,
soy el verano consumiéndose en tus labios ,
soy tu santuario , sin plegarias y sin Dios ...
Si una caricia se desliza por tu cuerpo ,
como un diabólico volcán de la pasión ,
derrite en sueños la fragancia de tus besos ,
son los acordes de mi agónica canción ...

"ÁNGELES ESCARLATA"

"ÁNGELES ESCARLATA"

Gotean tus labios, deseosos de estrellas,
sus dulces aleteos agonizan, sobre el
dolor de la máscara desnuda del besito de la
lluvia.

Alzan sus alas hacia un vacío imperfecto, donde diluvia la
magia de las estrellas que han muerto.

Junto a la verde silueta de otoñales fantasmas, hallé una rosa desnuda,
extasiada y en llamas, encarcelada en un sueño, del escupitajo del alma

Un sol de lúgubres rayos, bebió el licor de aspartamo, pues el olvido es
ceniza de dicotómicos lores, y mi corazón huele a sangre, a calaveras de plata,
el incendio es carabela en que nuestras pasiones se dilatan, sangraron burbujas
de fresa, mis oníricos ángeles escarlata.