lunes, 9 de abril de 2018

"LA MELODÍA DEL ADIÓS"


Lloro equinoccios de plata, metafóricos dioses del alba,
mi cuerpo nada en la ignota península de tus labios,
la música surfea en mis oídos, mientas la lluvia camina descalza...

Melodía de frugívoros soles de ensueño dibujan un sol en tus ojos, la vid de
mi vida, una lagrimita sobre los tallos del alma de neolíticas flores sin dueño, una
dulce metamorfosis sobre las llamas de un sol jujeño, la febril estela de una caricia de un
paradisíaco amor costeño.

Y la música se apaga, me abraza, se dilata, me hiere, se quiebra entre cristales el maldito llanto de unan corbata.


Y lloro en tus manos, estrellas de fuego, la sangre es el vehículo de un psicópata corazón, que teje nubes de azúcar y la sangre en sus labios, me sabe a ron.

Y se apaga la última farola de la pordiosera avenida de mis noches... y veo su dulce rostro, oculto entre las efímeras celosías de los esperpentos que hay en su voz, y lloro y me muero al verle, al hacer
tintinear esa mujerzuela... ¡qué digo, esa aventurera!, la despótica campanada de esa
gris melodía del adiós.